“Eclipse Lunar 27-28 de Septiembre de 2015”
El eclipse lunar decepcionó a los que esperaban observarlo desde Santiago, ya que a eso de las 23:00 horas, cuando el fenómeno era observable, el cielo permanecía bastante nublado, impidiendo ver absolutamente nada.
La excepcionalidad del fenómeno, visible desde Europa, África y América, se explica por lo raro de la coincidencia de un eclipse lunar con su punto de máximo acercamiento a la Tierra, o perigeo (la última vez fue en 1982 y la próxima será en 2033, y desde 1910 solo ha ocurrido cinco veces). Cuando la Luna se encuentra en este punto cercano (unos 384.000 km), y en fase llena o nueva es denominada con el término “Superluna”, acuñado por el astrólogo Richard Nolle hace unos 30 años. El diámetro de nuestro satélite durante una “Superluna” parece un 14% más grande.
Los eclipses lunares se producen cuando el Sol la Tierra y la Luna se alinean, de manera que la Tierra arroja su sombra sobre la Luna. Ésta no se oscurece completamente como ocurre en los eclipses solares, sino que se torna de un color rojizo, por lo que coloquialmente se la conoce como “Luna de sangre”.
¿Qué importancia tiene para la ciencia?
Aparte del fenómeno visual que la gente de a pie puede disfrutar, los científicos también aprovechan para realizar observaciones y medidas. Un par de ejemplos:
Los científicos del Instituto de Astrofísica de Andalucía y de la Universidad de Huelva aprovecharon el eclipse para estudiar los impactos de fragmentos de asteroides y meteoritos que continuamente chocan con nuestro satélite. Al ser menor el reflejo de la luz debido a la sombra que proyecta la Tierra, es posible observar los destellos provocados por estas colisiones, y cuantificarlas, estableciendo relaciones con la exposición terrestre a impactos.
Durante un eclipse lunar la Luna no se oculta del todo, sino que se oscurece considerablemente y se tiñe de rojo. Esta coloración se debe a que, pese a estar oculta por la tierra, la Luna recibe algo de luz solar refractada por la atmósfera terrestre. La luz que alcanza su superficie ha atravesado un largo camino a través de la atmósfera y está muy enrojecida, como ocurre en los atardeceres. Y, al igual que en los atardeceres, la coloración dependerá de las condiciones atmosféricas, de modo que nunca hay dos eclipses de Luna iguales. La cantidad y color de la luz que llega a la Luna durante la fase de la totalidad es especialmente sensible a la cantidad de partículas que haya en la estratosfera terrestre.
De esta manera es posible determinar la cantidad de partículas con las observaciones del eclipse, tema que tiene interés por su gran influencia sobre el equilibrio energético de la atmósfera terrestre, que a su vez presenta una importante relación con el calentamiento global.
Como curiosidad, el Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) se quedó sin poder recargar las baterías durante unas tres horas debido a la falta de luz solar. Este satélite orbita la Luna obteniendo datos tan diversos como la topografía general de la superficie lunar, condiciones y recursos de iluminación, mediciones de la radiación espacial para posibles exploraciones humanas en el futuro, temperatura, e investiga los efectos de los rayos cósmicos galácticos en plásticos de composición similar a la del tejido humano.
Si te quedaste con las ganas…
Aquí os dejamos un pequeño time lapse de Kenneth Brandon.
Fuentes:
http://www.elmundo.es/ciencia/2015/09/26/56059b53e2704e86148b457e.html
http://www.agenciasinc.es/Noticias/El-proximo-eclipse-lunar-ayudara-a-investigar-los-impactos-en-la-Luna
http://g.cdn.ecn.cl/exploracion-espacial/files/2015/04/Eclipse05.jpg
Dejar una Respuesta
Tu opinión nos interesa.